10 de noviembre de 2006

Historia de San Antonio Martia Claret


El 16 de julio de 1849, san Antonio María Claret fundó la Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María en una humilde celda del Seminario de Vic, Barcelona. Cinco sacerdotes le acompañaron y se asombraron al escuchar: Hoy comenzamos una grande obra. Algunos de ellos pudieron constatar la veracidad de estas palabras.
Como toda obra de Dios, inició su camino con dificultades. San Antonio María Claret fue nombrado arzobispo de Cuba antes de cumplirse el mes de la fundación del Instituto. Con el padre José Xifré, segundo Superior general de la Congregación, comienza una etapa de crecimiento. La Revolución de 1868 expulsó a todos los misioneros de España; desde el destierro francés se inició la expansión. Chile fue la primera nación hispana que recibió a los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Desde entonces, todas las naciones de América han escuchado la Buena Noticia. Posteriormente, la Congregación se extendió a otros continentes.
Una mención especial merece la evangelización de Guinea Ecuatorial. Cuando llegaron los Misioneros del Corazón de María en 1883, Guinea era una nación pagana; al conseguir la independencia, en 1968, el 99% de los guineanos eran católicos. Muchos claretianos entregaron su vida en plena juventud en tierras de misión.
PERSECUCIÓN IMPLACABLE
La Congregación en estos 150 años ha sufrido el martirio de diversas maneras. El padre Claret fue muy perseguido en su vida misionera; primero en Cataluña y luego en Cuba, donde intentaron asesinarlo. Desde su llegada a Madrid en 1857 fue objeto de una persecución implacable. Murió en tierra extranjera cobijado por el cariño de los cistercienses de Fontfroi, Francia. También fueron mártires, entre otros, el padre Francisco Crusats, el padre Andrés Solá, los 271 misioneros muertos en nombre de Cristo en 1936, los 51 de Barbastro (beatificados por Juan Pablo II en 1992). La Congregación ha sufrido la persecución a otros niveles en Hispanoamérica, África y Asia.
Los misioneros claretianos son actualmente unos 3.000, y ejercen su apostolado en 56 naciones de los cinco continentes. Las vocaciones son especialmente numerosas en Polonia, Asia, África y Oceanía. Merece especial mención la nueva misión de Rusia.
El Papa Juan Pablo II nos ha enviado un mensaje firmado el 12 de junio de 1999 en Varsovia; en él subraya lo que ha sido la raíz más honda de la Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María durante estos 150 años:
-La figura del Fundador, entregado a la voluntad del Padre para imitar en todo a Jesucristo con la fuerza del Espíritu Santo.
-La disponibilidad para ejercer el ministerio de la Palabra en cualquier parte del mundo, tanto suscitando nuevas comunidades de creyentes como renovando la fe de las antiguas Iglesias.
-La vida fraterna en comunidad que vivifica las empresas de los individuos y de las propias comunidades.
-Un profundo sentido eclesial al estilo de san Antonio María Claret: Llamados a vivir con lealtad la comunión eclesial, con adhesión de mente y corazón al magisterio de la Iglesia.
-La presencia de María en cuyo Corazón Inmaculado descubrió san Antonio María Claret un elemento esencial de nuestro carisma.

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